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Enviar Obreros

NEAL PIROLO

Traducido por Francisco Herrerias

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Contenido

                                                    Capítulo Uno Hacen falta quienes envíen obreros..............11

Capítulo Dos Apoyo moral...............................................   29

                                                    Capítulo Tres Apoyo de organización...............................   55

                                                    Capítulo Cuatro Apoyo económico...................................  75

                                                    Capítulo Cinco Apoyo en oración.....................................   97

                                                    Capítulo Seis Apoyo por medio de la comunicación......... 119

                                                    Capítulo Siete Apoyo durante la readaptación................... 139

                                                    Capítulo Ocho Su Participación en el panorama completo 163

    Epílogo............................................................................... 189

 Guía para el líder de grupo................................................ 195

 Recursos............................................................................ 215


Prefacio

Estaba sentado en el nivel superior del auditorio de la Universidad de Illinois en Urbana, escuchando a los campeones de la comunidad evangélica retar a 17,000 universitarios a un compromiso vital y personal a la evangelización mundial. Era la conferencia misionera estudiantil de InterVarsity en Urbana.

Debo admitir que mi mente había empezado a divagar cuando de pronto escuché aquella declaración: "En la guerra secular, por cada persona que está al frente de la batalla, hay otras nueve que la apoyan en lo que llamamos la 'línea de comunicación'".

¡El concepto explotó en mi mente! El orador había estado comparando la guerra secular con la guerra espiritual que acompaña el ministerio transcultural. Continuó: "¿Y cómo podemos esperar ganar con menos de esa proporción? Dios no está buscando llaneros solitarios ni superestrellas; Él está al frente de un ejército —de soldados de la Cruz".

Dije: "¡Gracias, Señor, por esa confirmación!" En ese tiempo yo estaba dirigiendo una escuela de evangelización de un año que tenía un fuerte énfasis en el alcance transcultural. Aunque yo no tenía experiencia en la guerra secular, en cuanto los alumnos solicitaban admisión a la escuela, les animaba a rodearse de un equipo de nueve personas que les apoyaran en oración, puesto que el hecho de inscribirse en esa escuela era lo mismo que decirle al enemigo: "Me estoy saliendo de la banca y voy al campo de batalla".

Desde esa noche en Urbana, con más vigor que nunca, he animado, exhortado, e incluso rogado a todos los que van al ministerio transcultural a no salir de su país sin un fuerte equipo de apoyo, un grupo entregado que acepte el ministerio de servir al enviar obreros.

Después de terminar juntos este estudio, usted podrá contestar esta pregunta: ¿Cómo puedo yo involucrarme en la Gran Comisión de la evangelización mundial, aunque yo sé que sólo soy un individuo común y corriente llamado a quedarse en su país? Usted puede llegar a estar personalmente involucrado en el proceso de las misiones al enviar obreros al campo.

             Ministrando por Su gracia,

             Neal Pirolo 

             San Diego, California

Capítulo Uno                    Hacen falta quienes envíen obreros

¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?

                                                    Romanos 10:15

"¡Isabel! ¡Despierta! ¡Por favor, Isabel! ¡Despierta!" La compañera de cuarto de Isabel tenía en su mano el frasco vacío de Valium y sabía que Isabel no despertaría. Pero el instinto la impulsó a buscar ayuda. Las personas del departamento de al lado le ayudaron a cargar a Isabel hasta el auto. El kilómetro y medio que recorrieron hasta el hospital parecía como media vuelta al mundo. Le hicieron un lavado estomacal a Isabel. Se movió y abrió los ojos.

Meses después, Isabel pudo hablar de lo ocurrido:

"Yo había tenido una vida normal antes de esto. Amistades, una familia amorosa, buena comunión en la iglesia. Básicamente era una persona feliz. Había sido profesionista por diez años. Había tenido posiciones de buena reputación. Me había hecho cargo de otras personas. Y me había hecho cargo de mí misma bastante bien... hasta que esto sucedió.

"Acababa de regresar de un viaje misionero de seis meses en el Oriente. Mis sentimientos corrían desenfrenadamente. La nostalgia me inundaba al recordar aquellos buenos tiempos; las pesadillas y los recuerdos me perseguían en la callada soledad de la noche. Nadie se interesaba; nadie tenía tiempo para escuchar lo que yo quería decir.

"Acababa de regresar de una experiencia fructífera como asistente administrativa de una clínica médica. Lanzada de vuelta al metropolitano estilo de vida de Washington D.C., perdí todo sentir de mi propia identidad. Los profundos sentimientos de aislamiento me hacían retraerme aún más.

"Pensé que si regresaba a mi trabajo podría volver a enfocar mi vida. Pero la inestabilidad emocional aumentaba. La misma pesadilla se repetía una y otra vez:

"Habíamos estado en un pueblo proporcionando asistencia médica. En medio de una tormenta tropical, desperté al escuchar un tiroteo. Antes de poder volverme a dormir, vi cómo arrastraban el cuerpo de un hombre frente a la entrada de mi cabaña. Supuestamente lo habían encontrado en los campos robando opio.

"Ahora, de regreso en Washington, me despertaba de noche con el sonido de los tiros en mi mente. Y toda la horrible escena volvía de nuevo a mi mente. Empecé a usar tranquilizantes para controlar mi inestabilidad. Pero antes de las siete u ocho de la noche estaba perdida en medio de la ansiedad, de la confusión, de la inseguridad —llorando incontrolablemente.

"En contraste, también tenía un sentir de conocimiento ’especial.’ Me sentía realizada por una buena experiencia misionera. ¿Acaso no había estado allí? ¿No había tenido éxito? ¿No había formado un vínculo especial con Memito, cuidándolo hasta que sanara?

"Íbamos de regreso a casa después de una visita médica en la montaña cuando a medio camino encontré a un bebé de tres meses. Sus manos y pies estaban atados con un lazo. Era adicto al opio. Estaba casi muerto. Investigamos lo mejor que pudimos de quién era hijo. Su madre ya tenía cuatro hijos menores de cinco años.

"El hombre que se pensaba era el padre siempre salía en viajes de ’negocios’ por tres o cuatro semanas cada vez. Probablemente había sido esa mujer la que lo había dejado allí para morir. A unos doscientos metros había una cabaña abandonada. Avisamos que pasaríamos allí la noche para hablar con la madre. Ella nunca se presentó. En la clínica pudimos darle los cuidados que necesitaba. Le llamábamos Memito, y finalmente fue adoptado por un doctor cristiano del lugar.

"Llegué a desarrollar una hipersensibilidad a la gran necesidad que existía en todo el mundo. Sentía mucho enojo contra las personas que no permitían que hablara de mis experiencias. Mi pastor no me permitía compartirlas en la iglesia. Ningún grupo de escuela dominical tenía tiempo para mí. Mis padres no mostraban suficiente interés para tan siquiera mirar mis fotografías. Empecé a juzgar y a condenar:’ ¿Cómo pueden ustedes pensar en comprar un auto nuevo cuando hay tantas necesidades?’ Pero no podía expresarme en voz alta. El dolor, el temor, el enojo y un sentimiento de culpabilidad se convirtieron en una severa depresión. No podía dormir de noche; no podía levantarme de la cama en la mañana. Dejé mi trabajo. Tomaba cada vez más tranquilizantes. ¡Sólo quería que alguien reconociera que yo había regresado a mi país!

"Un domingo por la mañana después del culto, reuní las fuerzas necesarias para acercarme de nuevo a mi pastor y decir:’ ¡Ya no puedo más! ¡Creo que estoy perdiendo el control de mi vida! ¡Necesito su ayuda!’ Con su brazo en mis hombros, contestó: ’Isabel, estoy ocupado. Tengo compromisos toda la semana. Pero si es necesario, llama a mi oficina y fija una cita conmigo para el próximo miércoles. Isabel, si tan sólo estudiaras más la Palabra...’

"A través de la densa neblina de la existencia donde había estado viviendo, repentinamente todo quedaba claro como el cristal: ’Pastor, ¡no valgo su tiempo!’ Había hecho otras llamadas desesperadas a varios consejeros. Uno trató de salir conmigo en plan romántico. Un siquiatra había clasificado mi condición con un nombre extravagante. Pero ahora quedaba claro:’ ¡Yo no valgo el tiempo de nadie!’

"Decidí tomarme lo que quedaba del frasco de Valium".

La mayoría de los cristianos se sorprendería al escuchar a los misioneros expresar de manera honesta su desesperante necesidad de apoyo en una u otra área. La mayoría de las súplicas no son tan dramáticas como la de Isabel. Pero cada una habla de la necesidad personal de gente que se una a ellos y los envíen.

Las misiones no sólo se enfocan en los que van. Los que sirven enviando a los obreros son igualmente importantes.

Un Fundamento bíblico

 

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